EL Dj David Guetta

David Guetta, una que bailemos todos

El Dj francés descargó su arsenal de hits en la disco La Estación, en un show tan visual como electrónico.

Tanto ritmo como melodía. Beats electrónicos pero con mucha presencia vocal. Dj pero con los gestos de una estrella pop que brinda un concierto visualmente demoledor. Entretenimiento puro, hedonista y sin mayores pretensiones que poner a todo el mundo a sudar.

Ese es el plan que David Guetta parece proponerse cada noche que tiene que estar animando multitudes detrás de las bandejas mezcladoras. Y eso pasó en la madrugada del sábado en la discoteca La Estación de la Comuna San Roque, ante 4.000 personas.

Como suele suceder con la electrónica, las estrategias de marketing funcionan de maravillas e instalan la sensación de que “hay que estar”, en este caso para ver acá nomás al Dj del momento a nivel mundial. Eso se traduce en entradas carísimas (500 pesos, más estacionamiento y tragos en valores proporcionales) que igualmente no son barrera para curiosos o “figuretis”. La diferencia en el caso de Guetta con el de otras estrellas de la electrónica es que el francés tiene hits, canciones que desde hace largos meses musicalizan todos los resúmenes deportivos de los noticieros televisivos, por ejemplo. Y ahí entran la melodía y las voces famosas.

Pero eso no es todo, porque la puesta en escena es hipnótica, con un gran fondo de leds transparentes y unas visuales adictivas. Con mucho de la estética de videojuegos de 8 bits, más frases apelativas al público y resaltando la figura del propio Guetta como marca, la sensación es la de estar viendo algo grande, una puesta global que avasalla.

Sweat encendió la montaña cerca de las 3.30 de la mañana, con el Dj de 43 años en pose de canchero, metiendo el dedito en el play y levantando las manos al compás del sintetizador. Poniéndole caras a la multitud, arengando como el cantante de una banda de rock y hasta tomando el micrófono para darle la bienvenida a los pisteros en un inglés afectado por su lengua natal. A Guetta le sobran unas cuantas que sepamos todos, porque suena y suena en todas partes. Desde Without you (con la que cerró su set, pasadas las 6 de la mañana), hasta When loves takes over, Love is gone o Sexy Chick (tal vez no la reconozcas por su nombre, pero las oíste mil veces).

Pero además, en su show toma prestado lo que se le antoje: desde Daft Punk y sus temas de la película Tron, hasta Chemical Brothers, Coldplay, Adele o los Black Eyed Peas. Sale el estribillo, remixa el resto del tema, y vuelta al estribillo para que los bailarines canten (al estilo Bariloche, no se priva de bajar el volumen para que la gente complete la parte más conocida).

La montaña despega su contorno de la oscuridad de la noche a medida que amanece, y el lago se hace presente. En los vips (porque hay vip dentro del vip) se ven caras de famosos y escenas bizarras. Están desde Pablito Ruiz hasta Iván de Pineda, Martín Barrantes (ex de Pampita), Flopy Tesouro y el rumor de que Fort pagó 25 mil pesos por un espacio exclusivo para 10 personas (nadie lo confirmó). Es que “toca Guetta”, a pesar de que a minutos de haber entrado, mientras Facu Carri calentaba el ambiente, alguien le pregunta a este cronista, “che… ¿este es el guaso?”.

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