Breaking

13 de enero de 2012

Subgéneros del Cine musical español

Cine de folclóricas
Morena Clara
Es uno de los subgénero más cultivados por los cineastas españoles. Nace en la II República, con el nacimiento del sonoro y la pretensión de aprovechar la fama de la cantante y bailaora folclórica del momento. En este momento, el subgénero atrajo a más público que el cine traído de Hollywood. Cronológicamente, las primeras estrellas que destacan son Imperio Argentina, Estrellita Castro y Concha Piquer, que dominarían los años treinta y principio de los cuarenta protagonizando películas dirigidas en su mayoría por Florián Rey y Benito Perojo. El cine de folklóricas supuso para la segunda república la expresión de un cine popular que quiso incluir a las clases populares y culturas regionales en su proyecto político. Durante el primer franquismo se siguió apoyando este género, pero con intenciones políticas diferentes: La integración de las clases populares en el nuevo sistema jerárquico. Esto llevó a una cierta ambigüedad, puesto que los agumentos, estrellas y directores seguían siendo los mismos. Este continuísmo queda claro en ejemplos como Morena Clara. La primera versión (1936) de Florián Rey con Imperio Argentina es un ejemplo de integración de la etna gitana y la mujer en la sociedad. La segunda versión, de 1954 y protagonizada por Lola Flores, mantiene ese feminismo implícito por ejemplo, en la figura de la jueza, algo imposible en la época. Este cine se exportó a Latino América, donde gozó de una importante popularidad y, especialmente, a Alemania. El ministro de cultura alemán Goebbelsaprobó en 1938 la creación en Berlín de la productura Hispano-Alemana Hispano-Films-Produktions. Todas las películas que se realizaron fueron musicales de folklóricas en ambas versiones, en español y alemán. De esa manera el cine germano tenía aceso al mercado latinoamericano. Como curiosidad, la película más importante rodada en Alemania, Carmen la de Ronda, contradice la política racial nazi, haciendo de Carmen una heroína gitana.
El cine de folklóricas de los años treinta comparte similitudes argumentales en torno a la negociación social y cultural entre el protagonista masculino y la femenina. Ésta es una mujer de clase popular y gitana mientras que el protagonista es un señorito burgués, militar, abogado etc. (Aunque a veces es un gitano y/o bandolero). La mujer es siempre quien lleva el papel activo en la relación que gana el amor de su pretendiente convirtiéndolo a su cultura. En caso de ser un gitano popular el protagonista, éste suele debatirse entre la mujer de clase alta, culta y adinerada, y la gitana (ganando siempre la última). En el caso de salir airosa la mujer de clase alta, adoptará la cultura del bandolero.
La década de los cuarenta supone un cierto cansancio del género por parte del público y la paulatina sustitución de este cine de copla por un cine de cuplé. Aunque sigue la fama de las estrellas de la década anterior, está dominada por Juanita Reina quien protagoniza películas dirigidas por Juan de Orduña y Luis Lucia.
Durante los años sesenta y setenta, pese a que continúan los rodajes protagonizados por Sara Montiel, Lola Flores, Paquita Rico y Marujita Díaz; se produce una decadencia del género si bien se incorpora a él una figura ascendente, Rocío Jurado, que interpretaría varias películas. El género, prácticamente desaparecido en los ochenta, tiene un último momento de éxito con las películas protagonizadas por Isabel Pantoja: Yo soy esa (Luis Sanz, 1990), que se acerca al millón y medio de espectadores, y El día que nací yo (Pedro Olea, 1991), con resultados de taquilla inferiores. De cualquier modo, el éxito de estas hace que otras folclóricas vuelvan a la pantalla en proyectos que pretenden ir más allá del simple catálogo de canciones filmadas como es el caso de Rocío Jurado con una nueva versión de La Lola se va a los puertos (Josefina Molina, 1993). El género tuvo otro fugaz resurgimiento en 1989 con la película Las cosas del querer, inspirada en la vida del cantante de copla Miguel de Molina y su continuación en 1995.Los cincuenta comienzan con el dominio de Juanita Reina, aunque el duelo de esta década será el que protagonizaranLola Flores y Sara Montiel, cuya hegemonía se extenderá a la década siguiente. Lola Flores ya había realizado películas a finales de los cuarenta, como Embrujo (Carlos Serrano de Osma, 1947), con su entonces pareja el cantante Manolo Caracol. Por su parte, Sara Montiel (que aunque no es exactamente una folclórica puede ser incluida en este apartado por la estructura de sus películas), que había intervenido en papeles secundarios en algunas películas de los cuarenta y había intentado una carrera en Hollywood, ingresa en el Olimpo cinematográfico a raíz de El último cuplé (Juan de Orduña, 1957), el mayor éxito del cine español hasta la fecha. En esta época, y con menor impacto que las dos estrellas citadas, también se pondrían ante las cámaras Paquita Rico y Marifé de Triana, entre otras.
Finalmente, el género acabaría siendo homenajeado en la arrolladora —2,5 millones de espectadores— La niña de tus ojos (Fernando Trueba, 1998), comedia inspirada en las andanzas de las folclóricas que trabajaron en los estudios cinematográficos alemanes a finales de los años treinta. Especialmente en el trabajo de Imperio Argentina y Florián Rey en Carmen la de Ronda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario